El CEI·MAR y el Grupo de Ecología Marina y Limnología de la UMA participan en una expedición científica en el Mar de Aral

El coordinador del CEI·MAR y del Grupo de Ecología Marina y Limnología (GEML) de la Universidad de Málaga, Enrique Moreno-Ostos y la también investigadora del GEML Sofía Rodríguez-Gómez, forman parte de la expedición que se encuentra en el mar de Aral (Kazajistán) para estudiar, por primera vez, la destrucción de depósitos de carbono, así como las emisiones de CO2 y metano desde sus lechos sedimentarios expuestos al contacto con el aire.

El profesor Moreno-Ostos considera que “esta expedición supone un hito científico a nivel mundial, el primer esfuerzo investigador para estudiar cómo se está liberando a la atmósfera la reserva de carbono del Mar de Aral, lo que además puede proporcionar argumentos que favorezcan la recuperación del que fuera el cuarto lago más grande del planeta”
La expedición, que comenzó el pasado 26 de agosto y se prolongará durante 20 días, está dirigida por el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA). Junto a la UMA, también participan el Laboratoire des Sciences du Climat et l´Environment del CNRS francés y la Universidad de Aarhus (Dinamarca).

Al grupo de trabajo también se ha unido la documentalista audiovisual Laura Carrau, bióloga con dilatada experiencia en diversas campañas científicas y que se encargará de registrar el material gráfico y audiovisual de la expedición. El equipo científico trabaja actualmente a orillas del Gran Aral ubicado en Kazajistan con la ayuda logística de la ONG local “Aral Tenizi”, dedicada a la protección y recuperación del Mar de Aral.

El Mar de Aral es el lago desecado más grande del planeta. Actualmente ha desaparecido en un 90% como consecuencia de la derivación antrópica del caudal de los principales ríos que lo alimentan, lo que se considera uno de los desastres ambientales más graves del siglo XX.

“Los lagos almacenan grandes cantidades de carbono orgánico en sus sedimentos, de manera que proporcionan un servicio ecosistémico fundamental para la sociedad: la regulación del ciclo global del carbono y la compensación parcial de las emisiones de CO2 a la atmósfera”, explica el investigador de la UMA.

Cambio climático
El experto afirma, asimismo, que cuando estos ecosistemas se secan total o parcialmente, los sedimentos entran en contacto con la atmósfera, lo que potencia que algunos microorganismos respiren la materia orgánica almacenada. “Como consecuencia, el carbono orgánico atrapado en los sedimentos se libera a la atmósfera en forma de CO2, contribuyendo de esta forma a potenciar el cambio climático”, señala.

La expedición está recorriendo centenares de kilómetros por el desierto que han formado los lechos sedimentarios desecados, de un tamaño similar a la isla de Irlanda. “Estamos analizando las emisiones de CO2 y CH4 de los sedimentos secos del Mar de Aral, y muestreando testigos de sedimento a lo largo de transectos que describen cronosecuencias de desecación para poder estimar el carbono liberado desde este ecosistema, que comenzó a secarse en la década de 1970”, explica la bióloga e investigadora del GEML Sofía Rodríguez-Gómez.

Esta expedición científica se enmarca en el proyecto Alter-C, financiado por la Agencia Estatal de Investigación, y del que el profesor Enrique Moreno-Ostos es Investigador Principal en la Universidad de Málaga.

Nota: Las fotos han sido elaboradas por la documentalista Laura Carrau,  Muestran al profesor Enrique Moreno-Ostos y a la investigadora del GEML Sofía Rodríguez-Gómez midiendo niveles de CO2 atmosférico a orillas del Gran Aral y el paisaje litoral de la zona inundada del Mar de Aral.

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