La Universidad de Málaga (UMA) junto con el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar) han desarrollado el ‘I Curso de metagenómica para el análisis de muestras acuícolas’. El objetivo principal de este curso ha sido introducir al alumnado de posgrado en el análisis metagenómico de la microbiota de los organismos y medios acuáticos, desde el procesamiento de las muestras de laboratorio hasta el análisis de los datos obtenidos. El curso ha constado de formación teórica y práctias de laboratorio, así como de análisis bioinformático de los datos obtenidos.
Esta formación ha sido coordinada por las investigadoras de la UMA, Silvana Tapia, Rocío Bautsita e Isabel Cerezo. Como ponentes invitados, Josefa Gómez, de la Unidad de Ultrasecuenciación, SCBI, UMA; Rafael Larrosa, de Administración de Sistema, Picasso, SCBI, UMA; y Francisco Franco, director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la UMA. Debido a la gran demanda de alumnado y la utilidad de la formación, el equipo de coordinación ya prepara una nueva edición.
El alumnado ha podido enfrentarse de forma directa al potencial que poseen los estudios metagenómicos de distintos ambientes, desde la extracción del DNA microbiano, hasta la identificación de los distintos taxones de la muestra aplicando técnicas bioinformática, toda una tarea de síntesis y concreción. Una problemática tratada desde un punto de vista transversal, poniendo de manifiesto la necesidad de cooperación entre las distintas áreas de conocimiento.
La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos que alberga el tracto gastrointestinal y juega un papel importante como barrera protectora, y en otros procesos relacionados con el sistema inmunitario o la absorción de nutrientes. Hoy en día gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y metodologías de secuenciación (NGS) se está consiguiendo alcanzar un análisis muy detallado de la microbiota intestinal de los organismos empleados en acuicultura. Sin embargo, la potencia y gran cantidad de datos generados por este tipo de técnicas hace necesario el desarrollo de nuevas competencias en los grupos de investigación.
El estado mundial de la pesca y la acuicultura en el 2018 pone de relieve la importancia de estos sectores tanto en alimentación y nutrición como en la generación de empleo y actividad económica. La producción total de pescado alcanzó en el 2016 un máximo histórico, 171 millones de toneladas, de las que el 88% se utilizaron para el consumo humano directo, gracias a la estabilidad relativa de la producción de la pesca de captura, la reducción del despilfarro y el continuo crecimiento de la acuicultura. Una acuicultura cada vez más comprometida con el medio ambiente, así como con el bienestar animal y con la mejora en la calidad de la producción. Sin embargo, esta producción puede verse alterada por la presencia de infecciones, o por procesos que redunden en un mal aprovechamiento de los nutrientes por parte de los organismos cultivados. Como consecuencia, el estudio de la microbiota intestinal de los organismos acuáticos resulta un campo de especial transcendencia.
Este curso fue uno de los seleccionados a través de la convocatoria de ayudas para la Organización de Cursos de Formación de Posgrado CEI·Mar 2019.
