Jornadas sobre Acuíferos Costeros y Plantas Desaladoras

Durante los días 11 y 12 de noviembre se celebrará en la Universidad de Almería la Jornada sobre Acuíferos Costeros y Plantas Desaladoras, que organiza el Grupo de Investigación Recursos Hídricos y Geología Ambiental, con la participación de numerosos expertos conferenciantes de ambos lados del Mediterráneo, y con el apoyo del Campus de Excelencia Internacional del Mar. Estas actividades tendrán lugar en el Salón de Grados del Edificio Científico Técnico IIB, con entrada libre para todas aquellas personas que estén interesadas en asistir. Las Jornadas se clausurarán con un debate general por parte de los ponentes y asistentes, y la lectura de unas conclusiones.

Aproximadamente 44% de la población mundial vive a menos de 150 km de la línea de costas. Estas áreas costeras son, además, muy favorables al desarrollo de la agricultura ya que gozan de climas en general más templados que en el interior. En consecuencia, se trata de áreas con unas grandes necesidades de agua para abastecimiento humano como para la agricultura.

Las fuentes tradicionales de agua son los ríos, los manantiales y los sondeos. Estos últimos, en el caso de las regiones semiáridas litorales, han ido sustituyendo a las clásicas galerías, minas o cimbras, a las norias y a los pozos abiertos. En las áreas costeras, el contacto agua dulce-agua salada suele estar en un equilibrio poco estable, dado que su posición depende de la altura de agua dulce sobre el nivel del mar. Cuando el nivel de agua dulce desciende por debajo del nivel del mar se puede producir intrusión marina, es decir, mezcla de agua dulce con agua de mar. Un agua de mezcla, con una concentración de un 5% de agua de mar hace no potable el agua del acuífero, y con un 10% suele hacer el agua inutilizable para usos agrícolas, ya que la mayor parte de los cultivos no tolera una salinidad tan elevada. La problemática puede aumentar en los años de sequía ya que no hay recarga y es necesario regar más, lo que hace descender la posición de la superficie freática.

Por todo ello, el conocimiento del contacto agua dulce-agua salada, las leyes que rigen su movimiento, el conocimiento de los procesos hidrodinámicos e hidrogeoquímicos que pueden acontecer, reviste el máximo interés científico, social y económico en nuestra organización actual. Como bien sabemos en nuestro entorno, una de las soluciones a este grave problema es la construcción de plantas desaladoras que permiten reducir la salinidad del agua a valores muy bajos, al extremo de necesitar añadir determinadas sales para que se pueda utilizar en consumo humano. En nuestro país hay algo más de 20 grandes plantas desaladoras construidas en la franja litoral mediterránea, aunque el número de plantas desalobradoras (desalan aguas salobres, de mucho menor contenido que el agua del mar), en general pequeñas a muy pequeñas, supera varios millares.

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