Bajo el título ‘Conservación en excavaciones arqueológicas subacuáticas: métodos y técnicas de extracción, moldeo y acondicionamiento’ se ha formado a arqueólogos y restauradores
Una decena de alumnado especializado ha realizado en estos días el Curso de Especialización ‘Conservación en excavaciones arqueológicas subacuáticas: métodos y técnicas de extracción, moldeo y acondicionamiento’. Esta formación de 25 horas ha sido ofertada por la Escuela Internacional Doctoral en Estudios del Mar, a través del Programa de Doctorado de Historia y Arqueología Marítimas. La parte teórica de la formación se ha desarrollado en el Instituto de Investigaciones Marinas (INMAR) de la Universidad de Cádiz (UCA) y vinculado a CEI·Mar; la parte práctica en el laboratorio en la facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la UCA y las prácticas en piscina, en el Complejo Deportivo UCA de Puerto Real.
Han participado tanto arqueólogos como conservadores-restauradores de arqueología interesados en ampliar sus competencias en las técnicas de conservación del Patrimonio Cultural Subacuático. Los profesores responsables han sido Luis Carlos Zambrano Valdivia, conservador-restaurador en el Museo de Cádiz de la Junta de Andalucía, quien impartió la mayor parte de la formación y el profesor de la UCA, Manuel Bethencourt. Además, se ha contado con la participación del profesor de la UCA, Felipe Cerezo Andreo.
El profesor Bethencourt argumenta que “ofertamos solo diez plazas, que se cubrieron rápidamente, quedando personas en reserva. Todos los alumnos han pedido que se realice una segunda parte, y los que no pudieron acceder a él demandan que se repita. Por todo esto, nos gustaría embarcarnos en más formaciones prácticas como estas (ya en octubre impartimos uno de Arqueometría en Naufragios)”.
¿Por qué este curso?
En la Convención UNESCO 2001 del Patrimonio Cultural Subacuático se recalca la obligación de atender la conservación de los vestigios materiales en el transcurso de excavaciones arqueológicas subacuáticas. Para ello se debe establecer un programa de conservación que prevea el tratamiento de los restos en el transcurso de la excavación, en su traslado y a largo plazo. La efectividad de dicho programa de conservación depende en última instancia de la formación del equipo humano encargado de realizar determinadas intervenciones como el izado de objetos voluminosos, la recuperación de materiales extremadamente frágiles o el embalaje provisional de objetos metálicos, orgánicos o minerales. Igualmente, resulta útil conocer técnicas de registro no destructivo como el moldeo subacuático con polímeros sintéticos, un recurso especialmente valioso para la conservación in situ.